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sábado, 31 de agosto de 2019

Dos poemas de Valerio Magrelli

El lápiz no debiera dejar nunca
la mano del que escribe.
Ahora es un hueso suyo, un
dedo suyo.
Y rasca como un dedo, agarra,
indica.
Es una rama del pensamiento
y da sus frutos:
ofrece refugio y sombra.








Por la tarde, cuando queda poca luz,
oculto en mi cama,
capturo perfiles de razonamientos
que fluyen sobre el silencio de mis miembros.
Aquí es que debo tejer
el tapiz del pensamiento
y disponiendo los hilos de mí mismo
dibujar conmigo mis contornos.
No soy el autor de una obra,
sino apenas un obrero.
Primero el papel, luego el cuerpo.
Generar la forma del pensamiento,
cortarla a medida.
Pienso en un sastre
que fuera él mismo su tela.




(Valerio Magrelli, Ora serrata retinae. Traducción: Fernando Pérez)

sábado, 10 de agosto de 2019

Dos poemas de Laura Yasan

DE CÓMO DENIGRARON A LA POBRE SERPIENTE QUE NO TUVO LA CULPA DE NADA
Laura Yasan

              Obra de Aitch/Heliana Adalgiza
fui la primera mujer sobre la tierra 
la vida era plácida 
los frutos dulces y la hierba blanda 
no había nombres todavía 
ni objeto 

pero así no estaba planeado 

un día llegó un animal del todo diferente 
se parecía a mí
unas partes de menos 
otras de más 
al verme gritó loco de contento 
agradecía 

acabar con la evolución le tomó apenas un instante 
millones de años perdidos en llegar al lenguaje 
porque habló 
ese día y en ese momento 
habló para decir 

quiero mi purecito de manzana 

alguien más tarde tergiversó esta historia 
fundó otros mitos
de qué sirvió 
ya todo estaba arruinado 

la razón es tan simple 

no por la burda fábula de la serpiente 
nos echaron a patadas del paraíso 
fue porque accedí




APUNTES DE FE

creo en lo que se mueve detrás de la aspereza
en la instancia agotada de una promesa rota
creo en la inmediatez
creo en las despedidas
en los cuerpos vencidos por el peso de la parte que falta
creo en la vanidad
creo en lo efímero
en la trinchera que construye la noche con las piedras del día
creo en los pactos del azar
en la brutalidad de los sentidos
en esa dentellada que sufren los cimientos cada nueva estación
yo pego inútilmente la espalda a la pared
vivo en esa cornisa
tarde o temprano me romperé los dientes sin el menor estilo
sé predecir esa obviedad
creo en la conveniencia de recapitular
en la esforzada dignidad que me asiste
en los favores del instinto
más que en ninguna cosa

lunes, 5 de agosto de 2019

"Una calle para mi nombre" de Izet Sarajlić

TEORÍA DE LA DISTANCIA

La teoría de la distancia la han inventado los estrictos,
aquellos que no quieren arriesgar en nada.

Yo pertenezco a aquellos
que creen que del lunes
se debe hablar el lunes;
es probable que el martes sea demasiado tarde.

Obviamente es difícil estando en la cantina,
mientras caen los proyectiles,
escribir poesía.

La única cosa más difícil es no escribir.


UNA CALLE PARA MI NOMBRE

Paseo por la ciudad de nuestra juventud
y busco una calle para mi nombre.

Las calles grandes, ruidosas,
se las dejo a los grandes de la historia.
¿Qué hacía yo mientras se hacía la historia?
Simplemente te amaba.
Busco una calle pequeña, simple, cotidiana,
a través de la cual, sin llamar la atención de nadie,
podamos pasear incluso después de la muerte.
No es importante que tenga un paisaje hermoso,
tampoco que haya pájaros.
Lo importante es que en ella puedan tener refugio
cualquier hombre o perro en peligro.
Sería hermoso que estuviera empedrada,
pero tampoco esto es imprescindible.
Lo más importante es que
en la calle que lleve mi nombre
no le suceda nunca a nadie una desgracia.