Ana Cristina César es una poeta carioca que produjo la mayoría de sus textos literarios en el año de mi nacimiento. Mi madre no escribe poesía, pero si hubiera sentido la urgencia de escribir, seguro lo habría hecho como Ana Cristina César. La imagino como poeta porque como lectora es desprejuiciada; ella escribe cartas, y a veces canta. He escuchado a mi madre cantar muy pocas veces, tiene una voz rasposa, ronca, como si hubiera cantado toda una vida. Suele cantar bajito, con miedo a perder la voz, mientras escribe cartas, cartas que nadie responde; y espera, mi madre todavía espera.
Se llama Ana, mi madre, y estos poemas los escribe una mujer a otra (y otra traduce en otro acento estos poemas que copio para que seas tú quien los lea).
Se llama Ana, mi madre, y estos poemas los escribe una mujer a otra (y otra traduce en otro acento estos poemas que copio para que seas tú quien los lea).
Poema obvio
No soy idéntica a mí mismo
Soy y no soy al mismo tiempo, en el mismo lugar y bajo
el mismo punto de vista
No soy divina, no tengo causa
No tengo razón de ser ni finalidad propia:
Soy la propia lógica circundante
Soy y no soy al mismo tiempo, en el mismo lugar y bajo
el mismo punto de vista
No soy divina, no tengo causa
No tengo razón de ser ni finalidad propia:
Soy la propia lógica circundante
Psicografía
También yo salgo sin rumbo
y procuro una síntesis en las demoras
cazo obsesiones con fría temperancia y digo
de corazón: no supe y digo
de la palabra: no digo (todavía no puedo creer
en la vida) y demito el verso como quien saluda
y vivo como quien despide la rabia de haber visto
y procuro una síntesis en las demoras
cazo obsesiones con fría temperancia y digo
de corazón: no supe y digo
de la palabra: no digo (todavía no puedo creer
en la vida) y demito el verso como quien saluda
y vivo como quien despide la rabia de haber visto
"No sirve"
Antes había el registro de las memorias
cuadernos, agendas, fotografías.
Muy documental.
Yo también estoy inventando algo
para vos.
Esperá hasta mañana.
Una vez oí secamente el dejate de joder
y pensé: el mundo se cayó.
¿quién tendría la llave?
Llamen a los bomberos, gritó Zelda.
¡Alegría! Verdugo inesperado
Antes había el registro de las memorias
cuadernos, agendas, fotografías.
Muy documental.
Yo también estoy inventando algo
para vos.
Esperá hasta mañana.
Una vez oí secamente el dejate de joder
y pensé: el mundo se cayó.
¿quién tendría la llave?
Llamen a los bomberos, gritó Zelda.
¡Alegría! Verdugo inesperado
Pedido
Me pidieron un verso enorme.
Y me quedé, laguna, inmóvil de cara al despojo.
El verso turbó mis aguas,
un bote circundó, y
en remos rasgué detalles.
Me pidieron un triunfo mayor.
Y me encubrí, árbol, muerto de mirar a los restos.
El triunfo empañó mis raíces,
una larva nació, y
en ondulaciones exprimí vestigios.
Me pidieron un corazón latiendo.
Y me encabullé, animal, rígido hálito a prisa.
El corazón envolvió mis huesos,
una herida surgió, y
en dolores sangré minucias.
Me pidieron una vida entera.
Y morí de un soplo, criatura, libre sonrisa al infinito.
La vida infló mi unidad,
una estrella despertó, y
en luces exhalé el verso.
Me pidieron un verso enorme.
Y me quedé, laguna, inmóvil de cara al despojo.
El verso turbó mis aguas,
un bote circundó, y
en remos rasgué detalles.
Me pidieron un triunfo mayor.
Y me encubrí, árbol, muerto de mirar a los restos.
El triunfo empañó mis raíces,
una larva nació, y
en ondulaciones exprimí vestigios.
Me pidieron un corazón latiendo.
Y me encabullé, animal, rígido hálito a prisa.
El corazón envolvió mis huesos,
una herida surgió, y
en dolores sangré minucias.
Me pidieron una vida entera.
Y morí de un soplo, criatura, libre sonrisa al infinito.
La vida infló mi unidad,
una estrella despertó, y
en luces exhalé el verso.
...
...
...
..
He ordenado los libros.
Saco de un estante sin orden y coloco en otro
con orden. Quedan espacios vacíos.
Hora a hora.
No te he dicho nada.
Llamo a los otros.
Lo que podría decir es peligroso: seguridad (así como dije: en diez años estaré de vuelta) de que nos
reencontramos, tarde o temprano.
Pero ya no sé cuándo
Tarde o temprano reencuentro - el punto
de partida
(de la antología crítica bilingüe Álbum de retazos, de Ana Cristina César, publicada en la ciudad de Buenos Aires por Ediciones Corregidor en el año 2006)
Saco de un estante sin orden y coloco en otro
con orden. Quedan espacios vacíos.
Hora a hora.
No te he dicho nada.
Llamo a los otros.
Lo que podría decir es peligroso: seguridad (así como dije: en diez años estaré de vuelta) de que nos
reencontramos, tarde o temprano.
Pero ya no sé cuándo
Tarde o temprano reencuentro - el punto
de partida
(de la antología crítica bilingüe Álbum de retazos, de Ana Cristina César, publicada en la ciudad de Buenos Aires por Ediciones Corregidor en el año 2006)